A veces los papás primerizos nos complicamos mucho la vida buscando lo mejor para nuestros retoños. Terminamos en tiendas de bebés donde todas tienen lo mismo y más o menos, al mismo precio.
Nos ocurrió cuando nos decidimos a decorar un poco la habitación de Nora. Buscábamos una lámpara chula, pero o bien eran «globos aerostáticos de color pastel», o bien «estrellitas, lunas luneras o avionetas con osos de peluche…más o menos, todas iguales o parecidas y eso no era lo que buscábamos.
En una de nuestras múltiples visitas a Ikea, dimos, primero con la inspiración y luego con la solución. Mamimamita se puso manos a la obra y con un poco de fieltro, una pantalla Jara ,pegamento termofusible y mucha imaginación, seguro que nadie tiene una lámpara igual.
A nosotros nos encanta y a Nora la tiene «loquita» su lámpara de cuento.
Y lo mejor de todo, que cuando nos cansemos del cuento, podemos crear más personajes y empezar otra historia.
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