En primer lugar y para que no haya confusiones, deciros que os hablamos de nuestra experiencia personal, con nuestras capacidades y que nos hemos podido permitir. 

Seguro que existen familias que no pueden hacer lo mismo que nosotros, por sus circunstancias familiares, sus diferentes realidades o por decisión personal.  Respetamos y entendemos todas las posturas.

Nosotros tenemos dos trabajos, uno cada uno que por suerte están cerca de casa, en la misma ciudad. Nuestros turnos nos permiten hacer cambios para adaptarnos a los ritmos de nuestra pequeña.

No son trabajos excesivamente remunerados, pero lo principal es que nos encantan y nos sentimos bien. Son vocacionales. 

Una vez que Nora empezó a ir al colegio, nos invadió el pensamiento de que cada vez pasábamos menos tiempo con ella y que esta etapa se nos estaba pasando muy deprisa.

Entonces, decidimos hacer algo y el resultado fue que mamá redujo su jornada. Fue así porque, de los dos trabajos, era el que permitía realizarlo de la manera más fácil ya que ella trabaja con turno fijo de mañana y papá tiene turnos rotativos, fines de semana noches, etcétera.

Y… ¿Qué hemos ganado y qué hemos perdido? Pues obviamente, hemos perdido poder adquisitivo, al reducir una media jornada, pues tenemos un medio sueldo.
Pero lo que hemos ganado va mucho más allá: hemos ganado tiempo juntos y tiempo en familia. TIEMPO DE CALIDAD. En definitiva hemos ganado calidad de vida, estamos menos cansados, podemos realizar más cosas. Podemos llevarla y recogerla del colegio sin prisas y sin agobios. Hemos ganado que Nora tenga una rutina diferente que a ella le hace muy feliz. Muchas veces nos han dicho en la puerta del colegio: ¡Qué suerte tiene Nora que vienen su papá y su mamá a recogerla! Y así es, o así lo creemos nosotros. Somos una familia de suertudos por haber podido elegir este camino. 

Es una elección difícil que, repetimos, no todas las familias pueden, ni tienen la suerte de poder elegir, ni quieren. Desde nuestro punto de vista, merece la pena porque dentro de unos años nuestra hija no tendrá ganas de que le acompañamos al colegio y se levantará sola, no necesitará ayuda para estas cosas y será autónoma y nosotros… nosotros ya tendremos tiempo de tener dos jornadas completas o lo que queramos y podamos. 

Si estáis pensando en realizar un cambio de este tipo en vuestras vidas, solo os podemos decir que no tengáis miedo, que lo hagáis y que todo, tarde o temprano sale bien.
Y siempre nos gusta pensar que el trabajo es necesario pero en nuestra familia, somos imprescindibles.

Como último punto, aclaramos que en nuestro caso tenemos la suerte de formar parte de una de esas empresas que nos han facilitado todo y que se interesan porque sus trabajadores estén felices y compaginen su vida familiar y laboral.