Corazón Loco… Naia y su pequeña cardiopatía

Naia nació con una pequeña cardiopatía.


En la habitación del hospital, al segundo día de su nacimiento. La pediatra que vino a revisarla, pasó con el estetoscopio un rato más largo de la cuenta pegado a su corazón.
Salió de la habitación, volvió con unos papeles y una dijo a papá que le acompañase con Naia. Nos hablaron de un pequeño sonido, fuera de lo normal que había que revisar.


Bajaron a la planta de pediatría y entraron a la consulta del doctor. Le desnudaron y empezaron a hacerle ecografías donde sólo se escuchaba el tcum, tcum, tcum acelerado de su corazoncito.


El doctor le explicó a papá que habían encontrado algo. Su pequeñísimo corazón no funcionaba bien, bue funcionaba bien, pero estaba a «medio terminar». Todavía tenia que madurar un poco más.


Entre las cavidades que forman el corazoncillo de Naia, existían algunos agujeritos en las paredes que comunicaban unas con otras. Había encontrado una comunicación interventricular entre el ventriculo izquierdo y el ventrículo derecho. Y otra interauricular entre ambas auriculas. En primer momento, se nos vino el mundo encima.

Nos citó a la semana siguiente. En la habitación llegaron los miedos. ¿Y si le pasa algo? ¿Y si es más grave de lo que nos han dicho? Siempre hemos confiado mucho en los sanitarios y ellos saben de lo que hablan y si el doctor nos había dicho que no era nada grave, habría que hacerle caso. Confiamos mucho en él. Tenemos suerte de tener uno de los mejores cardiopediatras en el Hospital de Guadalajara.

«Corazón loco», así la empezó a llamar papá. Pasaron los días y nos autoconvencimos de que todo iba a ir bien, sólo había que oír el volumen de sus lloros cuando la bañabamos en los primeros días.

Pasó la semana y volvimos a consulta. Todo va bien, es pronto, pero va progresando muy bien, nos dijo el doctor. Ya, más tranquilos, nos explicó con un dibujo lo que sucedía y los pasos que íbamos a seguir. Respondió a todas nuestras dudas y nos tranquilizó con sus palabras. Salimos de la consulta sonriendo. Podria ser algo madurativo, su corazón debía crecer un poco más y, esperábamos que poco a poco, esa cavidad se fuera cerrando.

Pasó un mes y, ya en su pediatra, la volvieron a auscultar y nos dijeron que no escuchaban nada raro. A los pocos días teníamos consulta de cardiopediatra y las cosas seguían bien. Esta vez tardó poco, porque Naia lloraba con tal Volumen que no dejaba escuchar nada. Va bien, se está cerrando… Tranquilos…

Hace unos días, tuvimos la siguiente revisión. Naia estuvo muy tranquila y cómoda, tanto que se ha dejado hacer todas las pruebas mientras sonreía. El doctor no ha dejado de hablarle mientras la exploraba con una delicadeza que nos ha permitido hacer esta foto tan bonita. Una abertura casi no existe y la otra es mínima. Lo ha visto tan bien que la próxima revisión será dentro de 8 meses, pasada la primavera y el verano.

Papá cree que no, pero puede que la siga llamando «corazón loco», porque está seguro que Naia está llena de fuerza y que dentro de ese corazoncillo, se esconde un vendaval que soplará con tanta fuerza, que se llevará para siempre los miedos del día en que nos dijeron que algo sucedía.

Nos falta la siguiente revisión, en la que esperamos que todo vaya igual de bien que hasta ahora. Os seguiremos contando.

Esta es nuestra historia, nada grave pero que asusta igual. Todo nuestro apoyo a las familias que pasan por esos momentos duros con cualquier complicación de sus bebés. Ánimo y confíad en los y las pediatras, que son los que más saben de estas cosas.

Como siempre, gracias por leernos.

6 comentarios en “Corazón Loco… Naia y su pequeña cardiopatía

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