Cuando Nora empezó con esta fruta, primero le dimos trocitos aplastados. Después, trocitos pequeñitos, luego más grandes, luego más grandes todavía. Al final, lo que conseguíamos la mayoría de las veces es que ella acabase perdida de plátano por todos lados y nosotros vivíamos asustados por los atragantamientos, ya que cuando chuperreteaba todo, se le …
